Estamos en unos tiempos en los que las redes sociales lo engullen todo, es innegable lo fácil y cómodo que resulta subir fotos y comentarios en las redes sociales, ahí estamos todos. Somos populares: los likes son numerosos, los comentarios elogiosos pero cortos y en mayor medida vacíos proliferan. Gusta y mucho, pero esto tiene varios inconvenientes, entre otros que la imagen ya no es del autor, es de la red social.
Roy Batty, el replicante de Blade Runner interpretado por Rutger Hauer, al final de la película nos ofreció su famoso e inolvidable monólogo: “He visto tantas cosas que ustedes los humanos no podrían imaginar… Naves de guerra en llamas, elevándose del hombro de Orion… Vi rayos C brillando en la oscuridad, cerca de la Puerta Tannhäuser… Todos estos momentos se perderán en el tiempo… como… lágrimas bajo la lluvia… Es hora de morir. »
Aunque creo que de momento al menos, y eso espero, no sea el momento de morir, me viene el monólogo a la mente por los momentos, fotos y posts, que acaban perdidos en el tiempo de la redes sociales, se ponen, se ven y pasan. No permanecen, es muy difícil quedarse con posts interesantes. No hay memoria. Se diluyen en la red como lágrimas en la lluvia.
Por eso sigo con mi blog, aunque no posteo todo lo que debiera sigo incluyendo en el mismo algunas reflexiones que considero interesantes y voy completando las galerías de mis modelos y figuras, y si el cuerpo me pide escribir al respecto, pues lo hago también. En estas ocasiones aprovecho para comentar impresiones, en forma de notas de construcción y pintura, con apreciaciones más personales que normalmente no se utilizan en medio escrito, publicaciones o redes sociales, estas sensaciones las dejo para mi blog.
Este es el caso de mi jinete del Regimiento Alcántara, mi historia con esta figura ha sido diferente a mi relación habitual con las figuras y cuando menos peculiar.
Partiendo de la base que me la tome como un reto personal, un tema diferente a los míos habituales, una figura a una escala más grande y por tanto más difícil y complicada.
Cuando la tuve en mis manos, sinceramente me defraudo un poco, no tiene el acabado de las que habitualmente pinto, me costó más de lo habitual montarla, prepararla y pintarla.
De primeras no entendí que se trataba de un producto exclusivo, de limitadísima tirada y específico para un fin como el Mundialito, el objetivo es ver como varios pintores interpretamos y pintamos una figura diferente a lo habitual.
Una vez montada e imprimada, comencé como habitualmente hago por las carnaciones. Para “ocasiones especiales” me gusta pintar la cara con acrílicos artísticos de Golden, no conozco otra pintura igual en fineza, calidad y riqueza de color, me parece una pintura extraordinaria.
Las caras pintadas con estos colores quedan en mi opinión en un escalón superior. Ahora bien su uso no es similar a lo que habitualmente utilizamos en modelismo, tienen textura “heavy body” y hay que diluirlos y hacerlos fluidos en la paleta, con aerógrafo funcionan espectacular. También hay que saber los tonos a usar, no hay “Carne Base” ni “Sunny Skintone” hay que preparar mezclas similares a las utilizadas en retratos de Bellas Artes.
Para el color base hice una mezcla con Raw Sienna, Alizarin Crimson y White, iluminando con Naples Yellow y más White. Para las sombras añadí a la base Burnt Sienna y Burnt Umber, con una pizca de Alizarin Crimson.
El tono de color en la mejilla lo hice con una veladura muy fina de color base mezclado con un poco de Burnt Umber.
El pelo quise hacerlo muy oscuro, usando para la base Black con Ultramarine Blue, iluminando con un poco de White y una pizca de Alizarin Crimson.
Una vez resuelta la cara, suelo continuar por los elementos más importantes y de más tamaño, en este caso la guerrera y el pantalón.
Para documentarme del uniforme buceé un poco por la red y encontré esta foto que me sirvió de referencia. Pensar en colores auténticos es un error, la gama admisible de tonos suele ser mayor de lo que imaginamos, muchos factores influyen como la procedencia y calidad de los paños, el número de lavados que haya tenido la prenda, el desgaste de uso, etc., todo esto nos lleva a considerar más apropiado hablar de un rango de color donde varias mezclas y colores pueden ser correctos.
Desde hace un tiempo hago un uso extensivo del aerógrafo para pintar figuras, con un poco de práctica y cuidado en su uso, se avanza mucho consiguiendo además excelentes bases y transiciones de color.
Para la Guerrera preparé una mezcla con:
3 Partes de Uniforme Ruso 70.924 + 1 Parte Uniforme Ingles 70.921
Aplicándola con el aerógrafo y dando subidas añadiendo German Cam. Beige 70.821 y Carne Dorada 70.845
Para sombrear oscurezco la base con Sombra Tostada 70.941 y una pizca de Dark Prussian Blue AK11189.
Para el Pantalón protejo la chaqueta con “Panzer putty” para no estropear el trabajo realizado y trabajarlo también con aerógrafo, utilizando estas mezclas:
Base: Marrón Verde 70.879 con una pizca de Uniforme Inglés para «enlazar» los tonos con la guerrera y dar aspecto usado.
Luces: Base + Carne Dorada 70.845
Sombras: Base + Cam. Alemán Pardo Negro 70.522
Para terminar perfilo luces y sombras con los últimos tonos de luz y sombra más aclarados y oscurecidos respectivamente.
Como hay dudas e incógnitas de la prenda que usaron en la famosa carga que ha hecho inmortal al Regimiento Alcántara, probablemente habría una mezcla de prendas y cada cual llevaría el uniforme a su gusto. Elegí el gorro cuartelero en azul para darle un poco de color a la figura y romper visualmente el dominante de verdes y caquis, según he podido conocer, era muy habitual entre los jinetes del Alcántara utilizarlo incluso en campaña.
Los elementos de cuero son el otro gran dominante de la figura, botas, espinilleras, la silla, etc., he utilizado multitud de posibles mezclas con el objetivo de darle realismo aportando una gran variedad de tonos y texturas.
Para terminar prepare una base sencilla, pero que no hay que descuidar en ningún caso, la modele con masilla A+B de Tamiya, que texturé en fresco y a la que le pegue arenilla, piedrecillas, etc., para la pintura busque por internet unas fotografías de la zona, e incorpore unos matojos tal como se apreciaba en las imágenes, el empolvado final a base de acrílicos, pigmentos y óleos, lo trasladé a los zapatos, tobilleras y a la silla, para integrar la figura en el terreno.
Finalmente, mi percepción negativa del principio, se convirtió en una pieza a la que le he tomado cariño y muestro con especial orgullo. He comprendido que parte de su innegable encanto se debe a la temática, y al trasfondo modelístico que ha dado lugar a la sustanciación de la misma, se trata de una pieza única que solo unos pocos van a poder mostrar en su vitrina.
Con esta figura he crecido en mi comprensión de la pintura de figuras tomando constancia de la multitud de formas y maneras de entender el hobby. Y lo que me queda por aprender.
La tengo colocada en mi vitrina con especial orgullo y como testigo de la increíble e inigualable historia militar de nuestra nación.
Espero que os guste tanto como a mí.
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